La intervención en el suelo de la
nave de la iglesia tiene
como principal
finalidad prevenir las
posibles humedades por
capilaridad en los paramentos de la iglesia, con miras a preservar el
buen estado de conservación
que presentan las pinturas murales, actualmente ocultas, en los
pedestales de la nave.
Excavación, zanja perimetral
Entre las actuaciones
ejecutadas, se ha
levantado el pavimento anterior, carente de valor cultural,
llevándose a cabo el preceptivo
seguimiento arqueológico
de los movimientos de tierras. Una vez finalizado, se ha ejecutado
una solera
ventilada de hormigón
armado
con una galería
perimetral que alojará las distintas instalaciones necesarias para
el alumbrado y mantenimiento de la iglesia. Esta canalización
registrable
ha permitido eliminar el cableado eléctrico y de megafonía que
recorría, al descubierto, los muros de la nave y el interior de las
capillas. También se ha recalculado la potencia eléctrica necesaria
para abastecer al templo, y se ha actualizado el edificio a la
normativa vigente en materia de edificación para mejorar las
prestaciones de seguridad y utilización de los usuarios.
Preparación de la zanja para la ejecución de la solera base
Colocación de piezas para la ventilación
Bombeado de hormigón
Hormigón de la solera armada en zona Norte
Hormigón de la solera armada en zona Norte
El pavimento
definitivo no se colocará hasta el final de las obras, una vez
desmontado el gran andamio central, que será el punto más
importante en el recorrido de las visitas guiadas dentro del plan
“Obra abierta”.
Inicio de instalación del andamio central
De
hecho, ya ha comenzado la compleja instalación de este andamio que
permitirá la restauración de las pinturas murales del interior de
la cúpula.
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