Una
vez desmontados todos los andamios en la nave de la iglesia, se
acomete una de las últimas y más esperadas actuaciones de la obra:
la nueva solería. La solución ejecutada es consecuencia de los
nuevos datos respecto al estado de conservación del edificio y las
dificultades técnicas surgidas con el despiece en piedra a la escala
del detalle constructivo.
Cuando
al inicio de los trabajos se levantan algunas piezas del solado de la
nave de la iglesia para conocer el estado del soporte se detecta un
alto nivel freático que conlleva al levantado de toda la solería
actual para ejecutar una solución ventilada. Esta actuación está
justificada ante la inexistencia de cualquier resto de suelo
subyacente y ausencia de criterio patrimonial en los sucesivos
solados de la nave con piezas de mármol blanco de 40x40 y del
presbiterio en damero blanco y rojo.
No
existiendo referencia documental ni constancia material de un
despiece concreto del pavimento original, se propone un nuevo
pavimento contemporáneo a modo de elemento neutro en la nave de la
iglesia, presbiterio y capillas. Para ello se proyecta en la nave
circular una superficie continua (tapiz), remarcada por un anillo
perimetral (galería). Dicho tapiz presenta un despiece reticular en
mármol de color crema, con las juntas a hueso y tomando como base un
formato de 40x80 cm, presentado en diversos cortes. De este modo, sin
fijar una imagen definitiva de pavimento con un despiece normalizado
o un tamaño fijo de baldosa, se sugiere sutilmente la orientación
del culto hacia el presbiterio, se cualifica el eje calle-patio y se
permite una cómoda disposición del mobiliario sobre la planta. De
manera complementaria, el anillo perimetral que oculta la nueva
galería técnica de instalaciones, sugiere la sombra de la cornisa
circular de la iglesia y genera un área de respeto frente a los
paramentos decorados con pintura mural.
Tras
realizar numerosas pruebas de materiales, se escoge un mármol crema
con ligeras vetas doradas para aportar un plano de color suave que
aporte calidez a la iglesia y sea compatible con los umbrales
históricos de mármol rojo en el presbiterio, capillas y antiguo
paso al patio del noviciado. De igual modo que con las tablas de
vidrieras, se seleccionan las tablas de mármol crema entre las
diversas variedades posibles en fábrica.
Las
posibles dificultades técnicas durante la ejecución se solventan a
partir del diseño. Se opta por baldosas de diverso formato a partir
de una pieza base de 40x80 cm para mejorar su maniobrabilidad durante
el proceso de puesta en obra, así como su durabilidad al quedar bien
asentadas y no quebrar por fallo en el soporte. También se decide
ejecutar el encuentro entre las piezas curvas del tapiz y el perfil
irregular del paramento de la nave con pequeñas piezas rebajadas
respecto a la cota del suelo ya que la planta de la iglesia no es una
circunferencia perfecta.
Quedan
por ejecutar en obra algunos encuentros, perforar las baldosas de
ventilación en los intercolumnios, colocar las tomas de corriente y
realizar el acabado apomazado final.
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